La entrada de hoy, tiene como
objetivo principal, el poder conectar la temática de nuestro blog con algunos
textos que hemos revisado en la cátedra de “Problemas Psicosociales actuales en
Chile”, para de esta forma aplicar los conceptos aprendidos.
Para partir con esta unión, comenzaremos revisando el
escrito “Madres y Huachos”, de Sonia Montecino, el cual relata básicamente la
formación de la identidad de la cultura chilena, basándose en los
acontecimientos históricos del país, partiendo por el periodo de la conquista
por parte de los Españoles. Si bien, a
simple vista, la temática de la identidad no se relaciona en demasía con el
Femicidio, sin embargo existe una conexión que resulta trascendental para comprender
esta dinámica, ya que, como bien expone Montecino, en las raíces de nuestra
historia como pueblo se encuentran la base de lo que somos ahora.
De acuerdo con el texto, la identidad de la mujer chilena
se identifica con el rol materno, de manera que su interacción con todos los
hombres de una forma maternal que resulta de gran importancia en la constitución de la
sociedad chilena: “La asunción de lo femenino como Madre ha otorgado a esta
imagen una fuerza asombrosa que se debate tanto en lo positivo como en lo
negativo”. En este último punto, podemos
observar la paradoja existente de la concepción de mujer desde la perspectiva
de lo masculino, ya que se le ve tanto como madre protectora y abnegada por sus
hijos, y al mismo tiempo se observa como un objeto de traición, que se rinde
frente al superior, abandonando todo su ser, es decir “sus huachos”. En lo que respecta a la “huacha”, esta crea
su identidad alrededor “del espejo” que
se tiene de las generaciones pasadas (madres, abuelas, tías, etc), heredando de
esta forma el estigma de la inferioridad y dominio, que la convertirán
finalmente en una marginada Social.
Para la autora, la imagen del hombre, se crea
inicialmente en la ausencia, esta vista principalmente como el padre que
abandona a su familia, como por ejemplo el español, el cual solo procrea y
luego rompe el vínculo, de esta forma el padre adquiere una marca negativa de
violencia y abuso del poder. El padre no sería una figura, sino que es la
ausencia del padre lo que se transforma en un símbolo poderoso de la cultura latinoamericana
“El padre ausente se troca así en presencia teñida de potestad política,
económica y bélica. Presencia que llena el espacio que está fuera de la casa;
pero que impone en ella el hálito fantasmático de su imperio, aunque sea sólo
por evocación o visión fugaz”. A esta concepción de hombre, se suma la de
“huacho”, quien finalmente se convierte en la misma imagen de poder, ejerciendo
abuso sobre su mujer, de acuerdo con Montecino esto se debe a “la búsqueda de
poder del padre”.
Para terminar, cabe destacar que lo importante es que a
través de la escritura de Montecino se ha vuelto posible un descubrimiento de
conceptos como el mestizaje, la bastardía y el dominio, con el fin de explicar
de qué modo esas instancias han moldeado o han influido en la sociedad chilena.
Además, la propuesta de la autora, nos obliga a pensar en la relevancia que
nuestra historia tiene en el presente, exponiendo una verdad, que todos saben,
pero que nadie quiere ver, puesto que el drama del mestizaje y principalmente
de la huacha pareciera ser la marcar permanente que espera ser cargada por las
futuras generaciones, ser huacha, ser mujer y trascender hacia ese más allá del
otro, sólo se vuelve posible a través de una toma de conciencia de la propia
identidad mestiza que caracteriza a la historia de Chile.
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